sábado, 5 de diciembre de 2009

JOSÉ MUJICA CORDANO:


EL NUEVO PRESIDENTE

Finalizó el carnaval electoral, el pueblo eligió, tenemos nuevo administrador delegado, el sistema nuevamente logró “salvarse” a sí mimo, aunque esta vuelta debió recurrir a la mística de un viejo ex - enemigo.

Don José Mujica Cordano es el nuevo presidente, este hombre que en el pasado combatió al capital y las injusticias patológicamente ligadas a él con las armas en las manos, hoy será el que lo administre y bregue por garantizar su indebida acumulación.

Cambiaran muchas cosas para que en realidad no cambie nada, “...el nudo de la dominación capitalista sobre los medios de producción. Sobre la propiedad privada de los medios de producción y la tenencia de la tierra se asienta la explotación a la que es sometido a diario nuestro pueblo, y es, en esta medida, el corazón de la lucha de clases…” (Doc. Nº. 2 de C. R.).

Y si hay algo seguro es que esto no cambiará, y esto nos abre obligaciones y desafíos importantes no como organizacion sino como revolucionarios honestos, concecuentes e integrantes de un área que no claudica pero que no ha podido ni sabido estructurar propuestas alternativas.

Necesariamente en cada coyuntura, la necesidad política indica privilegiar unas formas de lucha sobre otras, privilegiar tareas y si bien entendemos que lo estratégico debe predominar sobre lo táctico o coyuntural también debemos dar respuestas correctas en lo táctico por que esto depende alcanzar los objetivos estratégicos o no.

Conscientes de la debilidad organizativa y política del área de intención revolucionaria como de las nuestras propias, entendamos que la necesidad de la unidad para luchar es un eje impostergable y obligatorio para todos aquellos que entendemos que la Patria es la de Artigas y esa la debemos construir desde abajo, sin prisas pero sin pausas.

En este sentido si creemos imprescindible, mas temprano que tarde, el diálogo, la consulta, la solidaridad, esto nos permitirá recrear confianzas, afirmar estilos de trabajo, evitando perfilismos estériles y confusiones inaceptables.

La historia de nuestra comarca esta teñida de sangre, heroísmo y lucha, a su vez este terreno fértil y rico ha sido siempre relativizado, opacado por el “paradigma electoral”.

Se puede afirmar que lo electoral es otra trinchera de lucha, pero si la concebimos en el marco de aspectos mas generales, junto a un graffiti callejero decimos: “SI EL VOTO CAMBIARA ALGO ESTARÍA PROHIBIDO”. En la actuales circunstancias y en esta coyuntura, la lograremos modificar exclusivamente si hacemos lo correcto desde lo táctico, sin confundir pequeños logros tácticos con grandes objetivos estratégicos, podemos afirmar que nuevamente queda demostrado que la arena electoral significa un pantano para la izquierda de intención revolucionaria.

Hay luchas que dar pero el terreno a darlas debe estar estudiado y cualquier apresurada opción puede hipotecar lo poco que tenemos; ¿que tenemos? solo un puñado de ideas guías, un conjunto de pequeños grupos y militantes, un gran área de trabajo y la realidad objetiva que debe ser transformada.

Esto solo será posible si trabajamos en conjunto, con inteligencia y paciencia revolucionaria.

Creer que con la fragmentación y el subjetivismo existente en el área, con sectarismos y perfilismos que forman parte de una cultura de izquierda equivocada y muy arraigada que demasiadas veces logra paralizar y postergar luchas importantes, creer que de esta forma podremos avanzar en la lucha, sin dudas es una equivocación.

EN ESTA COYUNTURA LA TAREA PARA NOSOTROS ES: unir a los revolucionarios. LA URGENCIA ES: pensar colectivamente. LO NECESARIO ES: un método de trabajo y una circunstancia organizativa que nos permita navegar la coyuntura de cara a un horizonte revolucionario que es nuestro deber.


REFLEXIONANDO


Ex guerrilleros al poder: La revolución jubilada y sin dientes

Por Manuel Freytas*

Para el sistema y el Departamento de Estado, forman parte de la vieja izquierda hoy "políticamente correcta", asimilada al "proceso democrático" y que no reviste ningún peligro para la gobernabilidad del sistema capitalista en la región.
En los hechos, más allá de las filosofías justificatorias, son viejos ex guerrilleros decadentes y acomodaticios que traicionaron y cambiaron los principios revolucionarios por un espacio de poder dentro del dominio imperial con la estrategia del "poder blando" (la democracia).

Desde hace más de 20 años, en América Latina la "democracia de mercado" (el "poder blando") convive con la cadena de bases y el Comando Sur cuya misión es preservar la hegemonía militar norteamericana en la región (el "poder duro"). Se trata de una estrategia de "dos caras" orientada a preservar el dominio geopolítico y militar del imperio norteamericano (sin que se note) en su histórico Patio Trasero.

La función más elemental y clave que cumplieron en América Latina ambas estrategias --la "militar" (dura) y la "democrática" (blanda)-- consistió en eliminar los dos factores que impedían la "gobernabilidad en paz" del sistema capitalista en la región: la lucha armada, primero, y la resistencia social y sindical, después.

En los 90, tras la desaparición de la URSS y de la Guerra Fría por áreas de influencia en América Latina, Washington terminó de implantar el nuevo sistema de control político y social que se situó en las antípodas del anterior (basado en gobiernos y dictaduras represivas), y que explotó el consenso masivo que despertó la apertura de procesos constitucionales después de largos años de dictaduras militares con supresión de elecciones y parlamentos.

Paralelamente, y en el plano político, en la década del 80 los gobiernos "democráticos" (el "poder blando") fueron sustituyendo en América Latina a los viejos y gastados gobiernos militares (el "poder duro") mediante elecciones, procesos constitucionales, y banderas de defensa de los derechos humanos.

Debajo de ese paraguas, se preservada la "gobernabilidad", la "paz social" y la "estabilidad económica" del sistema capitalista en América Latina por la ausencia de conflictos sindicales y sociales.

La "democracia de mercado" cobija bajo sus alas tanto a gobiernos de "derecha" como de "izquierda" que ejecutan los mismos programas (capitalistas imperiales) que antes se ejecutaban con golpes militares y represión.

En este marco, y al abandonar sus postulados setentistas de "toma del poder" y adoptar los esquemas de la democracia burguesa y el parlamentarismo como única opción para acceder a posiciones de gobierno, la "izquierda" (vieja y nueva) se convirtió en una opción válida para gerenciar el "Estado trasnacional" del capitalismo en cualquier país de América Latina y del mundo.

La asociación beneficiosa entre la "izquierda civilizada" y el establishment del poder capitalista es obvia: el sistema (por medio de la izquierda) crea una "alternativa de gobernabilidad" a la "derecha neoliberal", y la izquierda (y los izquierdistas) pueden acceder al control administrativo del Estado burgués sin haber hecho ninguna revolución.

La "segunda oportunidad"

En un artículo titulado: "Un puñado de ex guerrilleros, en el poder en América latina", Pablo Stefanoni, columnista del diario Clarín, sostiene que "Adaptados a estos tiempos, militantes de los 60 y 70, hoy ocupan altos cargos en el continente".

En ese escenario, sostiene Stefanoni, "Si hace unos años, el pasado guerrillero era algo para ocultar, hoy puede ser un no despreciable capital político a reivindicar, obviamente como "pecados" de juventud, "acordes al momento histórico". Las controversias sobre la lucha armada quedaron relegadas a pequeños espacios intelectuales. Ya el socialismo está en la agenda de pocos, y nadie pone en duda a la democracia como vía de acceso al poder".

En ese sentido cita a José "Pepe" Mujica (presidente electo de Uruguay) que se presentaba hace unos años como "un viejo que tiene unos cuantos años de cárcel y tiros en el lomo, un tipo que se ha equivocado mucho, como su generación, medio terco, porfiado, y que trata, hasta donde puede, de ser coherente con lo que piensa".

"Y son muchos los militantes de la generación de los 60 y 70 que comparten ser hoy más viejos, haber vivido la cárcel y la tortura y, sobre todo, "haberse equivocado mucho", señala el artículo.

Pero como dice Emir Sader, sociólogo y veterano militante de la izquierda brasileña, a Clarín, "es como si hubiéramos conquistado una nueva oportunidad de realizar los viejos sueños".

"Obviamente, el mundo, y esta generación que buscó tomar el cielo por asalto -con las armas en la mano- no son los mismos de entonces. Muchos simplemente cambiaron de métodos para conseguir los mismos sueños, otros cambiaron la utopía por el cinismo. Pero muchos llegaron al poder", dice Stefanoni.

A Mujica la "segunda oportunidad" lo acaba de llevar a la presidencia de Uruguay a los 74 años. Alí Rodríguez -alias "Comandante Fausto"- es hoy ministro de Economía de Venezuela, después de presidir la superpoderosa petrolera estatal PDVSA. Dilma Roussef -que competirá con José Serra para suceder a Lula- militó en Vanguardia Armada Revolucionaria Palmares, uno de los principales grupos guerrilleros brasileños y sucedió en el cargo de Jefa de Gabinete a otro ex militante armado: José Dirceu. Daniel Ortega regresó al poder en Nicaragua, aliado a los ex contras -la guerrilla antisandinista apoyada por Ronald Reagan- y a la cúpula de la Iglesia católica. En el vecino El Salvador, Mauricio Funes -sin pasado armado- llegó a la presidencia de la mano del ex grupo guerrillero Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional. Y en Argentina, vinculados a Montoneros como Nilda Garré -al mando de las FF.AA.- o Carlos Kunkel (que terminó amigo de Aldo Rico) llegaron al poder", resume Stefanoni.

Un caso más atípico -señala Stefanoni- es el del actual vicepresidente boliviano, Alvaro García Linera, quien participó junto al aymara Felipe Quispe en una extemporánea guerrilla indígena en los 90 -el Ejército Guerrillero Tupak Katari-, estuvo cinco años en la cárcel y, al salir, su nuevo rol de analista y sociólogo mediático lo llevó en menos de una década al segundo lugar de mando.

Pero entre los ex guerrilleros notorios no todos son oficialistas en el "giro a la izquierda", subraya el corresponsal de Clarín.

Teodoro Petkoff (77 años) ex guerrillero comunista en los 60, en el Comando de Douglas Bravo, es una figura de la oposición dura a Hugo Chávez, al igual que el ex líder del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, Domingo Alberto Rangel.

"Pero es en Nicaragua -señala Stefanoni- donde más ex guerrilleros se oponen a un gobierno supuestamente de izquierda: la mayoría de la vieja guardia sandinista -como Dora María Téllez, el ex vicepresidente Sergio Ramírez, Ernesto Cardenal y Gioconda Belli- son furibundos "antidanielistas" y dicen que Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo conduce al país hacia una dictadura familiar... como la de Anastasio Somoza".

El emergente "democrático"

"De la revolución armada a la democracia de mercado", podría ser el titulo que sintetice la metamorfosis de los viejos ex guerrilleros convertidos en funcionarios o estadistas del sistema que combatieron en el pasado.

Pero, más allá de las posturas filosóficas para justificar su adscripción al sistema, los viejos ex guerrilleros forman parte de una estrategia imperial que sustituyó el dominio militar (la dictadura) por el dominio civil (los gobiernos de "izquierda" o de "derecha") dentro de una estrategia de "poder blando" vigilado por el "poder duro".

La función más elemental y clave que cumplieron en América Latina ambas estrategias --la "militar" (dura) y la "democrática" (blanda)-- consistió en eliminar los dos factores que impedían la "gobernabilidad en paz" del sistema capitalista en la región: la lucha armada, primero, y la resistencia social y sindical, después.

Si se analiza el actual escenario socio-económico y político de América Latina, se pueden verificar cuatro fenómenos emergentes y concatenados:

A) Funcionamiento a pleno de las llamadas "instituciones" con elecciones periódicas y continuidad del sistema de "gobernabilidad democrática".

B) Ausencia total de huelgas generales y de conflictos sociales por reivindicaciones generales de la sociedad (sólo existen conflictos atomizados por reivindicación sectorial), y ausencia de dictaduras militares y de lucha armada (salvo Colombia).

C) Crecimiento constante de ganancias siderales para los bancos y empresas que hegemonizan el control económico-productivo de los países, y crecimiento desmesurado de los activos empresariales y fortunas personales.

D) Crecimiento sostenido y sin interrupción de la llamada "pobreza estructural" (falta de trabajo estable, vivienda y seguridad social) que ya afecta a más de la mitad de la población del continente, cuya mayoría permanece sometida a políticas "asistenciales" y a empleos temporarios y en negro (contratos basura).

En este proceso, de depredación sin limites y con "gobernabilidad" capitalista asegurada, se desarrolla la "segunda oportunidad" de la "vieja izquierda" combativa convertida en gerenciadora de la democracia de mercado.

1º de diciembre de 2009 - IAR Noticias

* Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.

LA GUERRA SERA TOTAL Y PRIVADA



El gobierno Obama declara haber destinado 520 millones de dólares (las cifras reales son top- secret) para la guerra, la mayor parte de ese dinero está destinado a pagar multinacionales mercenarias que tomando como cabecera de puente Colombia llevarán el concepto de “guerra preventiva” a toda nuestra Patria Grande


Documentos gubernamentales desclasificados en EE.UU. muestran una lista de 31 contratistas estadounidenses que tienen una relación “comercial directa” con el Departamento de Estado. Esta lista muestra claramente los montos de los financiamientos otorgados por la administración de Washington para potenciar la guerra en Colombia.

Privatización e impunidad total, junto a jugosas cantidades de dinero son la “clave” de los estrategas de Washington para llevar adelante una guerra sucia de ocupación que permita la transferencia de capitales, pero la preocupación mas importante es el posicionamiento de las multinacionales sobre los recursos naturales (petróleo, agua, etc.), que es el objetivo fundamental de carácter estratégico.

La privatización total de la guerra en Colombia así como su expansión en el resto de América a través de “empresas privadas”, permite al Gobierno de Obama no tener que responder políticamente a nadie, ni a la interna de los EE.UU. ni delante de los organismos internacionales, garantizándose de esta forma no tener costos políticos de ningún tipo, permitiendo a su vez que los gobiernos latinoamericanos puedan continuar negociando con su administración, manteniendo relaciones diplomáticas y comerciales no siempre declarables, sin tener que ruborizarse.

Estas son solo algunas de las transnacionales de la guerra.

La primera de ellas es Lockheed- Martin, una de las más grandes del complejo industrial militar de Estados Unidos. Se dedica a fabricar armamento, tecnología y aviones de guerra.
Su contrato prevé un financiamiento, para el período de un año, de 53 millones de dólares destinados a suministrar apoyo logístico y asistencia técnica a la policía nacional de Colombia, además de facilitarle personal humano para sus “operaciones especiales”.


Otra empresa es Dyn Corp International, perteneciente también al complejo industrial militar. El Departamento de Estado la financia con 164 millones de dólares para proveer de pilotos, técnicos y apoyo logístico al ejército colombiano.

“Igualmente, la empresa Arinc, contratista privada del complejo industrial militar, recibió 8 millones de dólares para mantener, manejar y formar a la policía nacional de Colombia en los procesos de recolección de señales y otros equipos asociados con el espionaje”.

En tanto, Oackley Network recibió 5 millones dólares para la provisión de software de monitoreo de Internet y para asistir en los programas de espionaje conducidos por la división de crímenes de la policía nacional de Colombia

Estos son solo algunos ejemplos documentados de la doctrina Obama para su “patio trasero”, que no es otra que la continuación de la “doctrina W. Bush” con mejor manejo de imagen y una off - politic mas sutil.

Todas las especulaciones surgidas desde la maquinaria propagandística de Washington rápidamente se devalúan ante los hechos objetivos y decisiones de la nueva administración.

La política de instalar bases militares, como el constante hostigamiento a gobiernos como el de Evo Morales en Bolivia, o el de Chávez en Venezuela, o al mismo Correa en Ecuador, conjuntamente con la continuación de la ya histórica política de agresión y bloqueo a Cuba, así como la continuidad de la protección de terroristas como Posadas Carriles y al mismo tiempo mantener secuestrados a cinco patriotas antiterroristas cubanos, no deja lugar a dudas.

Quienes integran estos grupos privados de combate

Las dictaduras latinoamericanas de los años 60/70, permitieron consolidar el aparato de la CIA en todos los países latinoamericanos; negocios, corrupción y relaciones patológicas con los ejércitos y policías locales son parte del resultado, relaciones basadas en el haber compartido desapariciones, torturas, chantajes, fusilamientos etc.

Vueltas las “democracias”, los aparatos de inteligencia norteamericano quedaron en óptimas condiciones de seguir operando y a su vez, vigilar las débiles y pactadas democracias, más allá que estas fuesen llevadas adelante por políticos puestos y manipulados por Washington o no.

Miembros de esos ejércitos locales, al igual que de las diferentes policías y agencias de seguridad que se habían expuesto demasiado en estas “tareas”, son una buena mano de obra para estas empresas y forman parte de los integrantes de estos batallones mercenarios.

Militares del este europeo (rumanos, polacos, eslovacos, checos), son otra vertiente de los batallones impunes y todos ellos son legalmente contratados por empresas norteamericanas con sus casas matrices en Washington o Nueva York y lujosas sucursales en varios países y lo que es mas importante, cuentan con los fondos necesarios para continuar la escalada desestabilizante en todo el continente.

El sistema Echelon

Se trata de un sistema de espionaje inventado en los años 70 por la NSA (Agencia de Seguridad de los EEUU), los expertos lo consideran el más grande de los conocidos.

Este sistema satelital tendría la capacidad de monitorear todas las comunicaciones en el mundo.

Se introducen palabras específicas (revolución, Fidel, cuba, bomba, etc.) y este se enlaza con cualquier sistema de comunicación electrónico o digital (teléfonos celular o fijo, computadoras, etc.), si identifican las palabras previamente programadas la atención se dirige hacia ese lugar, da la ubicación exacta (con un margen de error de 50 metros) y permite monitorear la conversación.

Las primeras acciones de la política Obama para con nuestra Patria Grande no dejan lugar a dudas: Golpe en Honduras, reactivación del conflicto Colombia – Venezuela, la instalación de mas bases militares, etc.

Imperio, bases militares, soberanía latinoamericana

Lo único que garantiza efectivamente el poder imperial y de sus socios (los países centrales) es el aparato y arsenal militar norteamericano. Las armas atómicas incluído el arsenal bacteriológico, son una buena razón para liderar el mundo capitalista. Solo la capacidad de matar garantiza la estabilidad económico-financiera del imperio, por eso son fundamentales e imprescindibles la presencia de bases militares en el mundo y más que antes aun, en nuestra Patria Grande.

Los pueblos de nuestra indo-afro-América hoy siguen siendo pueblos en lucha, seguimos siendo un continente en lucha, en lucha por soberanía, por dignidad; como toda lucha ha tenido y tiene avances y retrocesos; desde la colonización hasta hoy siempre ha estado y estará en lucha, resistiendo a los voraces imperios que nos han saqueado, sometido, robado y que utilizaron el crimen y el genocidio de manera sistemática en nuestras tierras.

Esto ha requerido igual que hoy, enfrentarse a los imperios de turno para garantizar nuestra soberanía económica, soberanía alimentaria, soberanía de nuestros recursos naturales que es la única manera de garantizar un desarrollo armónico y sostenible de la vida en nuestro continente.

Por eso afirmamos que la histórica hora que hoy vive nuestra nación latinoamericana toda es y seguirá siendo: Socialismo o Barbarie.

Los Orientales deberemos decidir si nuestra comarca, más allá de administraciones más o menos progresistas será: territorio en disputa o plataforma de agresión a pueblos hermanos.





MANIFIESTO

Manifiesto de la Junta Americana

por los Pueblos Libres, en el Bicentenario

¡Salud, pueblos hermanos de Suramérica!

Con vistas a la celebración del Bicentenario de la Revolución de Mayo, desde la Junta Americana por los Pueblos Libres –JAPL- alzamos las banderas de la independencia que supimos conquistar y de las independencias que faltan, y por ellas alzamos estas propuestas a los suramericanos, del Río Bravo al Polo.

El Bicentenario es una fuente de rebeldía y una oportunidad histórica para el reencuentro de los pueblos, para regar nuestras raíces, nuestros sueños de emancipación social, y para contestarle con nuevos bríos al poder constituido, de adentro y de afuera.

El Bicentenario no debe ser bastardeado con homenajes vacíos, debe ser honrado con la reafirmación y la recreación de nuestras identidades, y con la redefinición de nuestros proyectos colectivos. Debe templarnos el ánimo para enrostrarle al poder el daño de la globalización imperialista de la economía, de la política, de la cultura. No solo para resistir, sino para bañarnos en el fuego de los Mariano Moreno, de los José Artigas, y volver a fogonear los principios de la Revolución.

Saludamos el creciente protagonismo de los pueblos originarios y de las organizaciones de obreros ocupados y desocupados, y sus derechos inocultables que deben ser atendidos de forma inmediata. Su grito es nuestro grito.

Hoy más que nunca sentimos en la piel “toda la piel de América”, y saludamos la plurinacionalidad, la conciencia multicultural y la rebeldía que expresan, por ejemplo, los procesos de Bolivia y Ecuador, las construcciones de los zapatistas en el norte, los mapuches en el sur de nuestro continente, los trabajadores sin tierra, los pequeños productores, y tantos que no claudican.

Resumimos nuestras inquietudes motivados en el compromiso ciudadano por la verdad, el bien común, la libertad, el trabajo. Y con un renovado espíritu de unidad suramericana en la diversidad.

Una multitud de temas nos convocan, y sin ánimo de agotarlos ni resumirlos, ponemos en relieve estas inquietudes, este decálogo de propósitos:

COMIDA Y TRABAJO

1 - Conquistar una alimentación sana para todos. Combatir el hambre, la desnutrición, el analfabetismo. Reconocer que el hambre es un crimen, y el consumismo una enfermedad genética del sistema impuesto.

Reconocer los derechos a un ingreso mínimo y a la protesta, que garantizan otros derechos.

Cultivar el concepto de soberanía alimentaria definido por Vía Campesina (qué producir, para quiénes, cómo, con quiénes). Debatir sobre los derechos a la salud y la educación, en contraposición a la parodia de salud y educación que el poder ofrece.

Redactar en forma colectiva los principios de una revolución pedagógica (prevenidos de burocratismos), por la producción y la distribución del conocimiento con igualdad de oportunidades. Exigir y sostener el derecho irrenunciable y prioritario al trabajo genuino y digno. Sostener el derecho de la niñez y la adolescencia hasta los 18 años a un ingreso universal e incondicional. Pelear por un modelo que erradique ese manoseo de la dignidad, el clientelismo, con el que los poderosos lucran con las necesidades del pueblo.

MILLÓN DE CHACRAS

2 - Impulsar una reforma en el uso y la tenencia de la tierra, y distribuir la tierra que tienen en propiedad los grupos extranjeros.

Por la creación del primer millón de nuevos chacareros, y una multiplicación de grupos asociativos de vigorosa conciencia cooperativista, con un plan masivo e integral de capacitación, herramientas, circuitos de comercialización, etc. Por la definición de la tierra como un bien social que llevará a revertir el éxodo del campo y las localidades pequeñas, y el hacinamiento de las grandes metrópolis, flagelos que restan dignidad a los pueblos. Por la generación de oportunidades para las familias del barrio y del campo, en vez del actual proceso concentrador de las riquezas (terratenientes, pooles, extranjerización); por la protección y reapropiación de las riquezas naturales del subsuelo, el uso soberano y sustentable, y la protección de nuestras reservas de agua dulce en todos los niveles (glaciares, acuíferos, etc.). Contra la expoliación minera y petrolera, y la sobrepesca en aguas continentales que soportamos hoy. Y por la recuperación para el pueblo y la refundación de un servicio neurálgico de la economía como el ferrocarril de cargas y de pasajeros.

La profunda reforma impositiva, la apropiación de las riquezas naturales en manos de grandes grupos, la desmonopolización de las exportaciones, el no pago de deudas ilegítimas, la recuperación del federalismo y la austeridad en la administración de los dineros del pueblo, son algunas de las fuentes de recursos para iniciar los cambios, que no serán posibles, además, sin imaginación.

Queremos volver a la tierra en todos los sentidos. Como dice la sabiduría originaria de Abya Yala, de Kay Pacha, la Tierra no nos pertenece. He ahí una función clara de la revolución pedagógica y de la vuelta a las raíces nuestras, que pregonamos. El latifundio y los grandes grupos especuladores son para nosotros enemigos del desarrollo de los pueblos y como tales deben ser erradicados, no con declamaciones sino con acciones. Las grandes propiedades en manos extranjeras deben ser distribuidas sin ninguna duda, y la reforma agraria (hoy más necesaria y más posible que nunca) debe darse en simultáneo con un fuerte impulso a la industria limpia (los trabajadores son prioridad), en especial a las pymes. Todo en un modelo sustentable y libertario, que no ate al país a la condición de agroexportador que le fue impuesta por las clases internas privilegiadas que detentan el poder con intereses subordinados a los países y grupos poderosos del planeta.

CULTIVAR LA SOLIDARIDAD, ATACAR LA USURA

3 - Fomentar el espíritu y la práctica del cooperativismo y el asociativismo.

El impulso debe hacerse desde la niñez, y también entre los trabajadores, los microemprendedores, las pymes, las organizaciones sociales, los profesionales, etc. Por un desarrollo integral con criterios hondamente suramericanos, y para responder de manera inequívoca contra la avanzada de las multinacionales y otros grupos concentrados en el comercio internacional e interno, el transporte, la banca, las patentes, las tecnologías. El trabajo común, asociativo, solidario, arraigado en las mejores experiencias universales y originarias de Nuestra América, resulta para nosotros un sistema extraordinario para explorar, como base de un sistema propio que debemos parir los suramericanos y que nos reclama unidos y lúcidos. No debemos caer en el error de exigir la vía solidaria y la institución cooperativa sólo para los intersticios que deja el capitalismo, y menos en dejar que estos sistemas asociativos que alentamos queden expuestos a la competencia desleal de las grandes empresas privilegiadas, cuyo principio y fin es la maximización de las ganancias y la destrucción de la solidaridad.

Rescatar las experiencias de los obreros de las fábricas recuperadas (un movimiento de fuerte arraigo y gran potencial en la Argentina), repudiar los afanes expansionistas de Wal Mart y Carrefour (entre otros) en la región, enemigos del desarrollo, puntales del saqueo de los pueblos suramericanos, y repudiar del mismo modo a los gobernantes (sirvientes del poder concentrado) que en la Argentina y otros países promueven el desembarco y la consolidación de estas y otras multinacionales.

En esta misma vía, revisar el fraude y el flagelo de la deuda externa ilegítima, cimentada sobre la corrupción, denunciar a sus responsables, y estudiar los mecanismos para lanzar una nueva ofensiva internacional que capitalice y supere los esfuerzos de Alejandro Olmos, y para resistir con convicción la sangría a la que nos exponen los gobiernos rendidos a la usura internacional y vernácula.

SUSTENTABLE SÍ O SÍ

4 - Revalorizar los planes de desarrollo en paz y firmeza, subrayando la importancia superlativa de la sustentabilidad.

El planeta no es de nuestra propiedad, nosotros somos parte del planeta, sólo tenemos mayor responsabilidad en su protección y en la protección de la diversidad biológica y cultural. Abogar por la integración de la mujer y el hombre con su entorno. Reflexionar sobre la tecnología y la industria, que deben ser puestas al servicio de los trabajadores, en un desarrollo armónico, integral; expresar nuestra indignación por la actitud de los poderosos que adoptan sistemas contaminantes del ambiente, destruyen los bosques, atan la producción al interés de las multinacionales, concentran la propiedad y amenazan la salud de la población y la biodiversidad; y también indignación por la actitud de los gobiernos que impulsan ese sistema y medran con ventajas fiscalistas de corto plazo. Divulgar (y revertir) los perjuicios de la uniformidad y el monocultivo, y las trampas de gobiernos que declaman un supuesto combate al monocultivo cuando en verdad lo fomentan. Denunciar también las responsabilidades de grandes grupos, pooles, terratenientes, propietarios de patentes, empresas de servicios, exportadores y organizaciones en la implantación del sistema de monocultivo. Abogar por el compromiso que deben asumir nuestras universidades, nuestros científicos, nuestros baquianos, para dar respuestas tecnológicas que satisfagan las necesidades de alimentación, salud, calidad de vida y energía sana y renovable, sin dañar la vida en el planeta, y considerando prioridades como la alimentación, el derecho al trabajo y la equilibrada distribución demográfica.

Denunciar la carrera armamentista de las superpotencias (empezando por los Estados Unidos) que, junto a su economía excluyente, sojuzga a los pueblos, los priva de derechos elementales, y amenaza con destruirnos.

BASTA DE MALTRATO

5 - Denunciar la opresión y el maltrato físico, psicológico, económico, que padecen muchas mujeres.

Repudiar y buscar el modo de revertir esta situación, exigir un combate firme contra la trata de personas.

En la América de Micaela Bastidas, de Juana Azurduy, de Micaela Guyunusa, y tantas mujeres, conocidas o anónimas, que son el orgullo de las naciones de Nuestra América, manifestamos un especial reconocimiento a las mujeres que desarrollan trabajos tan esforzados, solidarios y trascendentes, como ignorados y mal pagos. Y a las que luchan en las calles por sus hijos desaparecidos, o rehenes del narcotráfico.

Crear conciencia sobre el valor de la tolerancia, y sobre el daño que generan en los pueblos la discriminación negativa y los privilegios por razones de raza, credo, sexo, condición social, condición psicofísica, partidismo, etc.

LAS MALVINAS EN NUESTRA BANDERA

6 - Luchar contra todos los vestigios de colonialismo en Nuestra América. En particular, rescatar a Las Malvinas, esa herida abierta, como territorio nuestro, y como símbolo de unidad y dignidad de la Argentina y de los pueblos suramericanos.

La última dictadura, contraria a los intereses nacionales y populares, y genocida, tomó una decisión oportunista sobre Las Malvinas. Pese a esa terrible experiencia, Las Malvinas son el símbolo de luchas jamás resignadas desde distintos frentes y en distintos momentos históricos de Suramérica contra el colonialismo y la rapacidad de Gran Bretaña, los Estados Unidos y sus poderosos aliados. Nuestros héroes, los que quedaron y los que volvieron, son testigos incomparables de esas luchas.

Con Las Malvinas denunciamos también el atropello de las armas estadounidenses en Suramérica. No, no y no, a las armas yanquis, ni en Colombia ni en ninguno de nuestros territorios suramericanos.

A los partidos políticos y los países que no denuncian la usurpación de Las Malvinas ni reconocen nuestros esfuerzos pacíficos, advertirles que están con el colonialismo, contra Suramérica, y que si continúan enredados en su hipocresía no pueden llamarse amigos nuestros.

Llamar a los pueblos europeos y del norte del Río Bravo a repudiar el colonialismo de los poderosos que los gobiernan.

Proponer a los argentinos que analicemos la posibilidad de incorporar (por un lapso que el pueblo decida) el mapa de Las Malvinas en la Bandera nacional, convirtiendo así en Las Malvinas la banda roja de la Bandera de José Artigas y todo el hondo significado de esta franja: independencia, república, federalismo, unidad de los pueblos, antiimperialismo, dignidad, distribución de riquezas, consideración con los humildes y marginados, igualdad.

La medida permitirá extremar la lucha en paz por nuestros derechos suramericanos, y denunciar con renovados bríos concreto las apetencias colonialistas e imperialistas sobre el Atlántico sur. El debate será impulsado desde esta consigna de la JAPL: Mientras la Bandera Argentina no pueda estar en Las Malvinas, Las Malvinas estarán en la Bandera Argentina.

CONFEDERACIÓN, DESDE EL PIE

7 - Planificar desde las organizaciones sociales los modos de avanzar en la unidad hacia una Confederación Solidaria de los Pueblos Suramericanos.

Bregamos por una Confederación que abarque a todos los pueblos de Nuestra América, desde el Río Bravo hasta el Polo, que deseen hacer efectiva la integración histórica, y recuperando las identidades arraigadas en los pueblos originarios, los pueblos africanos y afroamericanos, y las múltiples inmigraciones. Heredamos la unidad de nuestros pueblos, y la conciencia de esa unidad en la diversidad nos distingue en el planeta. Queremos tender lazos con todos los pueblos del mundo, en especial los pueblos de África que están en nuestra constitución social y con los cuales debemos sentarnos a pensar el desarrollo. Darnos las manos sobre los ríos, las selvas, las montañas con toda Nuestra América, y darnos las manos sobre el Atlántico con África, es nuestro gran desafío con miras al Bicentenario de Mayo.

La integración será de los pueblos y en todos los planos, respetando y preservando identidades regionales, y jamás al servicio del capital concentrado.

FEDERALISMO COMO SOÑÓ ARTIGAS

8 - Defender y actualizar el Federalismo solidario en la Argentina, como base para la proyección suramericana.

Hacerlo desde el profundo y amplio legado artiguista, como mandato histórico, como necesidad hacia el futuro, y frente a las mil argucias del centralismo que ningunea y saquea al interior, le genera deudas mentirosas con grave menosprecio del sistema federal e incumplimiento (también en esto) de la Constitución argentina, y se vale para ello de gobernadores y legisladores genuflexos, atados al poder central y a poderosas empresas.

Reclamar las deudas del poder central con las provincias y los municipios. Denunciar al poder centralista (unitario) y comprador de conciencia ejercido por distintos gobiernos desde Buenos Aires (con sus cómplices del interior), porque se ha enquistado como una enfermedad que corroe la base misma de la hermandad de los pueblos argentinos y suramericanos, degrada el tejido social, privilegia a los grandes grupos en el sistema impositivo, continúa la desastrosa concentración demográfica con perjuicio para todos (incluida la colapsada Buenos Aires), y obstaculiza el desarrollo de los barrios más postergados, y de las provincias más necesitadas.

Al mismo tiempo, actualizar el mandato histórico del artiguismo: que la Capital de la Argentina no esté en Buenos Aires, y que las provincias recuperen su autonomía plena. Acentuar nuestra total disposición hacia la unidad inquebrantable con los pueblos suramericanos, y nuestras prevenciones contra la voluntad dominante de las metrópolis portuarias, decididas a continuar y afirmar su predominio colonial. Por eso, estar advertidos, ante la actitud de las metrópolis que intentan desacreditar el sistema federal solidario que es nuestra causa irrenunciable. Para fortalecer la educación y conciencia federalista, apoyar la idea de que cada 19 de junio, en memoria del nacimiento de José Artigas, sea celebrado el Día de la Bandera Federal.

QUE SE VAYAN, POR EL BIEN DE LA REPÚBLICA

8B - Para nuestras provincias de Entre Ríos y Santa Fe, en particular, a las que pertenecemos los actuales integrantes de la Junta Americana, proponer que junto a otras provincias lideren un proceso de refederalización solidaria. Y que Entre Ríos en particular revise la constitución del Superior Tribunal de Justicia.

Alentar una revalorización del sentido revolucionario del color rojo de nuestras banderas, herederas del espíritu artiguista. En el caso de la provincia de Entre Ríos, que fue pionera con otras del impulso al sistema republicano, reclamar el funcionamiento legítimo de los tres poderes, y en particular poner en el banquillo el servicio de justicia, tan lejos hoy de la república, y tan apropiado para condenar sólo a los indefensos. Por eso, proponer la CADUCIDAD del mandato de TODOS los integrantes del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos, porque sus antecedentes repugnan a la división de poderes, base del sentido republicano. No podemos exigir menos, si recordamos que nuestros mayores entregaron todo por la república, incluso la vida.

PARA EMPEZAR A ENTENDERNOS

9 - Defender y promover nuestras culturas, los idiomas de los pueblos originarios, el castellano y el portugués en Nuestra América.

Contra el avance programado del idioma del imperio angloestadounidense a través de Internet, la prensa, las obras enlatadas, las exigencias de los negocios, los políticos que les hacen el juego, y la tecnología, nuestros idiomas son el último bastión de resistencia, porque permiten a los hablantes reconocerse a sí mismos como portadores todavía de una identidad. En ese sentido, no debemos subordinar la formación en las escuelas al interés mercantil, de manera que la selección de otros idiomas debe hacerse desde una perspectiva cultural, no economicista.

Bregar por la formación plurilingüe. Promover y premiar el esfuerzo, el talento, la creatividad, la actitud hacia el conocimiento, el deporte, el arte, la solidaridad, los valores espirituales, en todos los pueblos y desde la niñez. Tomar conciencia y superar la chatura de medios masivos de comunicación (como la televisión) y alentar el desarrollo cultural, desde el concepto de nuestro Atahualpa Yupanqui de que el pueblo merece lo mejor. No dejar librado al mercado o al interés partidista o corporativo el contenido de los medios, sino promover la participación ciudadana y plural, que desaliente la mercantilización de la noticia y el arte.

Las necesidades de nuestros pueblos nos exigen el uso responsable de los medios, y por eso repugna la tendencia a la tilinguería, particularmente en la Argentina.

Promover el desarrollo del deporte por la salud integral, y erradicar el vicio de la competitividad enfermiza. Exigir al estado la disposición de recursos para evitar el desplazamiento de los ritmos y las melodías y otras muchas expresiones culturales tan propias de Suramérica, aplastados por el poder económico de grupos concentrados (algunos multinacionales) de producción y distribución de cultura comercial, grupos que están al servicio del imperialismo y de cualquier cosa menos del desarrollo cultural de los pueblos de Suramérica.

UN RANCHO CON NUESTRAS MANOS

10 - Iniciar en 2010 la construcción colectiva del Rancho de la Hermandad Suramericana.

La iniciativa será desarrollada en forma colectiva e independiente. El Rancho de la Hermandad Suramericana será el punto de encuentro para la promoción cultural y social y el debate político, con vistas al mejor conocimiento de nuestras identidades y el fomento de la unidad latinoamericana, y tendrá como principios fundadores los de este MANIFIESTO. La elección de Paraná como sede se explica porque fue la Capital de la Confederación y simboliza en alguna medida nuestras aspiraciones federales, pero además porque Paraná constituyó, con la región, un foco de resistencia de trabajadores e intelectuales contra una de las peores injusticias recientes conocidas en nuestros pueblos suramericanos: la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay.

La construcción será con materiales naturales, estilo tradicional, y con nuestro propio esfuerzo.

Diciembre de 2009.

Junta Americana por los Pueblos Libres

6-LAS MALVINAS EN NUESTRA BANDERA.

Desde la Junta Americana por los Pueblos Libres proponemos a los argentinos iniciar en 2010 un debate con miras a un plebiscito, para analizar la incorporación al diseño actual de la Bandera Nacional del mapa de las islas Malvinas, en color rojo como la banda roja de la Liga de los Pueblos Libres, por todo lo que ese símbolo tiene de arraigo en nuestra tierra.

La idea consiste en mantener los colores celeste y blanco y el sol incaico; pero añadir en el paño (y por el lapso que los pueblos determinen) una referencia clara a nuestras islas Malvinas: su mapa. Todo sostenido en este eslogan descolonizador, o declaración de principios: mientras la Bandera Argentina no pueda estar en Las Malvinas, Las Malvinas estarán en la Bandera Argentina.

FUNDAMENTOS:

Muchos argentinos, héroes suramericanos de nuestro tiempo, dejaron sus cuerpos en nuestras islas Malvinas durante la guerra de 1982.

Murieron muy jóvenes, peleando contra las potencias económicas y militares más grandes del planeta, lo que los hace todavía más dignos de homenaje y recordación. Otros combatientes cargan hoy con orgullo las cicatrices de la guerra, y otros murieron después, víctimas de las secuelas de la guerra y del olvido a que fueron expuestos por gobiernos serviles del colonialismo.

Los argentinos contrajimos entonces o consolidamos luego un compromiso irrenunciable con ideales y personas que se sintetizan así: Las Malvinas.

La más nueva y más extensa provincia argentina, Tierra del Fuego, es víctima de un colonialismo extemporáneo. Las Malvinas fueron capturadas en el siglo XIX por el imperio británico y siguen anexadas a la Gran Bretaña tras la breve recuperación de 1982, en la que los pueblos hermanos de Nuestra América expresaron su solidaridad histórica con esta causa y con la Argentina, un gesto que jamás podremos olvidar.

En estos meses el colonialismo se está agravando: otros países europeos quieren registrar a nuestras islas del Atlántico Sur y a nuestro Sector Antártico en la Constitución europea. Un eslabón más en su historia de rapiña.

El dominio británico sobre nuestras islas suramericanas del Atlántico Sur es resabio del colonialismo europeo del siglo XIX que logró atravesar todo el siglo XX y se sostiene a inicios del XXI con la complicidad y el apoyo estadounidense. Cuenta también con la obstinación de grupos de fundamentalistas ingleses y sus aliados contra la voluntad de países que votaron, en forma reiterada y en distintas instancias, contra la permanencia de este colonialismo.

Ahora Gran Bretaña insiste en incorporar Las Malvinas a la Constitución europea (mediante el Tratado de Lisboa), y varios países ya están aceptando este atropello a los suramericanos, se están convirtiendo en cómplices. Pese a la gravedad de esta decisión, el gobierno argentino accionó en términos diplomáticos pero no explicó al pueblo las consecuencias de esta nueva embestida europea. Apenas una presentación formal, pero no una acción política dentro y fuera del país para que el pueblo esté alerta y los países sepan que lo nuestro va en serio.

Si algunos gobiernos decidieron desmalvinizar a los argentinos, a los suramericanos, nosotros en cambio proponemos escuchar y obedecer la voz de los pueblos suramericanos que nos mandan malvinizar. Porque Las Malvinas resumen decenas de símbolos de la resistencia de los pueblos de Nuestra América a la opresión imperialista contra nuestros derechos soberanos, opresión por vías diversas que desnuda la connivencia de los poderosos de Estados Unidos y Europa y sus cómplices de acá, y que a nosotros, las mujeres y hombres de Nuestra América, nos exige estar alerta. Nuestra lucha justa por Las Malvinas es una negación palpable del “fin de la historia”, una demostración más del creciente conflicto norte-sur.

Hay hechos puntuales que aún permanecen sin reconocimiento masivo, como el esfuerzo y la valentía de los 18 militantes peronistas que, aquel 28 de setiembre de 1966, en plena dictadura de Onganía, arriesgaron sus vidas para plantar las banderas argentinas en las islas usurpadas, y se quedaron dos días custodiando la soberanía. Maravilloso gesto.

Como entrerrianos y santafesinos, tenemos un compromiso adicional con la liberación de Las Malvinas, si recordamos que el panzaverde Antonio Rivero, el Gaucho Rivero, nos enseñó a resistir la embestida británica y junto a sus compañeros les bajó la bandera a los invasores en los aciagos días de 1833 y 1834, para izar la celeste y blanca, hasta que fue hecho prisionero por los ingleses, y olvidado (si no escondido) por los sectores de poder en la Argentina. Esa proeza que enorgullece al peón argentino, al obrero suramericano, nos llena de ánimo.

Pero no abundaremos aquí sobre las decenas de documentos oficiales que demuestran la consistencia de los reclamos argentinos sobre Las Malvinas, en gobiernos peronistas, radicales y de todos los signos. Pocos objetivos nacionales han sido tan compartidos por todos como Las Malvinas, con notables logros diplomáticos que sería largo enumerar.

El pueblo se las ingenió para mantener la llamita encendida en todas las épocas.

Desde la Guerra última, generada por el oportunismo de la dictadura contraria a los intereses nacionales y populares, y genocida, nuestros veteranos de guerra siguen haciendo esfuerzos por Las Malvinas y sostienen nuestros derechos con actitud encomiable, en la agenda pública. Los veteranos, nuestros héroes, tienen derecho a un reconocimiento público, sin mezquindades, y a un plan universal integral que atienda sus condiciones de vida y sus necesidades de toda índole.

Hay otros ejemplos del ingenio argentino, desde las bases. En Paraná, Entre Ríos, un reconocido periodista abrió su programa radial todos los días, durante muchos años, recordando los años, meses y días de ocupación británica de nuestras islas Malvinas. Esa iniciativa fue imitada por varios medios y periodistas en distintas ciudades de Entre Ríos. Son pequeñas grandes luchas, que la historia reconocerá un día, y nosotros queremos subrayar.

¿Por qué marcar hoy los derechos suramericanos en Las Malvinas, usurpadas por europeos? Ocurre que la incorporación de las Islas del Atlántico Sur y la Antártida a la Constitución europea no es un tema de ayer sino actual, de este mismo año, por eso nos exige hoy una respuesta, una revisión del panorama, una posición firme.

Es esta nueva arremetida europeísta pro británica la que debe desencadenar nuestra respuesta, pero nuestra respuesta será diplomática, política, o la que corresponda. En cambio, la incorporación de Las Malvinas a la Bandera argentina debe ser una decisión hondamente suramericana, nacida de nuestras propias entrañas, y despojada, vale decirlo, de chovinismos o manoseos sectoriales que puedan distorsionar nuestro espíritu. Desde esta perspectiva, también debemos estar atentos porque habrá intereses bien marcados para que Las Malvinas no figuren en la Bandera, intereses que buscarán rotularnos o demonizarnos para desacreditarnos.

Los argentinos de hoy tenemos (entre otros) dos mandatos de nuestros antepasados que son también exigencias de nuestros sucesores: la unidad suramericana y la defensa del territorio suramericano usurpado. Pero además hemos recibido el apoyo permanente de todos los pueblos de Nuestra América, testimonios de hermandad en el reclamo de nuestros derechos. Esos testimonios nos comprometen. Porque cada vez que un país hermano debió votar por nuestros derechos o defender nuestra posición en cualquier circunstancia, lo hizo a sabiendas de que debía enfrentar a países muy poderosos.

No debemos perder de vista aspectos estratégicos en materia comercial, militar y de enormes riquezas naturales, que motivan la persistencia del colonialismo y que constituyen también una amenaza permanente para los suramericanos. Los fundamentalistas europeos buscarán demonizarnos, y se valdrán seguramente de sectores internos de Suramérica, es su especialidad: la inteligencia divisionista. Sus intereses son muy poderosos en el Atlántico Sur, y compartidos con los Estados Unidos de América y la OTAN y sus brazos ejecutores en la cultura, el comercio, las finanzas…

Pues bien, mientras la Bandera Argentina no pueda estar en Las Malvinas, Las Malvinas estarán en la Bandera Argentina.

Será un mensaje para los argentinos y suramericanos que coincidimos en la expresión de unidad que simbolizan Las Malvinas; pero también de los pueblos de Suramérica para el resto del Mundo, en el sentido de que estamos dispuestos a seguir resistiendo al colonialismo y recuperando la unidad de la América criolla íntegra, con el Atlántico Sur libre de colonialistas e imperialistas. Pero además esta conciencia mantendrá el fuego encendido para estar alertas contra cualquier tipo de colonialismo, imperialismo, prepotencia o ardid que hagan peligrar o mellen la soberanía de nuestros pueblos, sea en materia de territorio, cultura, educación, industria, comercio, ciudadanía, riquezas naturales, proyecto político…

Desde la Junta Americana proponemos que entre 2010 y 2015/16 los argentinos desarrollemos un PLAN DE CONCIENTIZACIÓN nacional y global de los derechos argentinos y suramericanos sobre las islas Malvinas y las demás islas del Atlántico Sur y el sector Antártico, con la idea de movilizar a los pueblos para lograr un PROGRAMA CONCERTADO DE DEVOLUCIÓN gradual del territorio completo.

El PLAN tratará de no descuidar ningún aspecto, hasta lograr que los pueblos del mundo entero le reclamemos a Gran Bretaña y sus aliados la devolución del territorio usurpado. Tendrá plazos y preverá marchas de reclamo, hasta que el PROGRAMA CONCERTADO DE DEVOLUCIÓN a corto plazo, sea un hecho.

Las Malvinas formarán parte de los objetivos estratégicos de la Argentina en las relaciones con los demás países. El país agresor jamás será tomado como limítrofe, y la Argentina, como país agredido, actualizará la hipótesis de conflicto porque cada día de permanencia del usurpador inglés en nuestra provincia de Tierra del Fuego es un nuevo ataque a nuestros pueblos.

Ese plan tendrá una finalidad paralela y de igual importancia: la unidad de los argentinos y suramericanos detrás de un objetivo común de dignidad. Y podrá desarrollarse con el debate de otros asuntos vitales para los suramericanos que debemos superar, con diálogo, creatividad y determinación, como es la necesaria y justa salida al mar para Bolivia, por ejemplo, o la necesaria y justa anulación del bloqueo a Cuba, o la lucha que debemos dar contra otros los enclaves estadounidenses en Suramérica (Guantánamo, las agresivas bases militares de Estados Unidos en Colombia, etc.), u otros enclaves más sutiles; y el debate sobre programas de Confederación que esta misma Junta Americana sostiene.

¿Por qué las islas Malvinas en rojo? El rojo es el color de la sangre derramada por la independencia, el federalismo, y la dignidad. Eso involucra a nuestros héroes muertos y heridos por defender los intereses suramericanos en Las Malvinas. El rojo, el color que representa al más profundo sentimiento humano, el amor, fue izado en principio por la revolución libertaria, republicana, federalista, distribucionista encabezada por José Artigas en la Liga de los Pueblos Libres. Recuerda y honra a la población originaria, a negros y criollos, y sus ideales de independencia, república, federalismo, resistencia al imperialismo, atención privilegiada de los más “infelices”, solidaridad, igualdad (naide es más que naide), distribución de tierras, respeto a las comunidades diversas, libertad. Y también es el color que apreciaron nuestros gringos que aportaron aquí sus luchas y su sangre por los derechos obreros y la justicia social, familias que venían de un pasado de luchas cruentas en una Europa que se desintegraba y se encaminaba a dos tremendas guerras mundiales.

Las islas Malvinas representan una larga lucha de los argentinos a través de 17 décadas contra un poder imperialista en su forma más retrógrada, el colonialismo, y deben constituirse en la prenda de UNIDAD, DIGNIDAD e INDEPENDENCIA de los pueblos suramericanos. El resto de los países de Nuestra América sólo esperan que los argentinos expresemos clara nuestra decisión de resistir.

Nadie podrá negarnos, en el planeta, izar nuestra bandera nacional impregnada de verdad y justicia, con Las Malvinas rojas sobre una de sus bandas celestes. Y al mismo tiempo esa bandera nos iluminará el camino del futuro a los argentinos y los suramericanos, un futuro con raíces en el pasado más hondo y continental y con vistas a un futuro de libertad y dignidad.

Para la Junta Americana por los Pueblos Libres, más allá de los logros que obtengamos en esta idea de debatir la incorporación de Las Malvinas a la Bandera, lo más importante es poner a nuestras islas Malvinas en el centro de la escena en 2010 y sostener el debate. Advertir desde el pueblo a Europa que su decisión nos distancia aún más; lustrar en Las Malvinas un contenido que ya tienen de UNIDAD, DIGNIDAD y FUTURO SURAMERICANO.

Algunos familiares de nuestros hermanos caídos en Las Malvinas han manifestado que quieren que la Argentina y Gran Bretaña lleguen a acuerdos para facilitar los viajes, de modo que puedan visitar las tumbas en el cementerio. Eso es un deseo muy atendible. Nosotros proponemos que los familiares puedan no sólo visitar las islas cuando quieran sino quedarse allí el tiempo que deseen, en LIBERTAD, porque son suramericanas, y en ese camino no vemos ningún acuerdo posible con el INVASOR, que no sea la devolución de las islas. Ese es el mandato que se deduce de las luchas de los combatientes argentinos.

Sabemos que el solo anuncio pacífico de pintar Las Malvinas en nuestra Bandera provocará escozor en los invasores. Es una marca a corto, mediano y larguísimo plazo, y no les da blanco al cual atacar. Definiremos así a la Argentina sin agredir, y en los países que no acepten esta Bandera con Las Malvinas, que dice la verdad, estará bien que no la enarbolemos para no molestar a los que se niegan a la verdad, mientras se consumen en sus intereses secundarios y nos niegan.

Las Malvinas rojas en la Bandera será nuestra dignidad suramericana llena de fuego, y será la semilla artiguista, sanmartiniana, bolivariana. Y será a la vez para los fundamentalistas europeos una mancha colonialista, vergonzante. Europa verá en nuestra Bandera su decadencia.

Además de generar un debate con personas y organizaciones sociales diversas, estudiaremos con especialistas las modificaciones necesarias a la ley 23.208/85 y el decreto 858/99 u otras normas, para analizar la posibilidad de cumplir con los objetivos que surjan de la reflexión y el debate.

FIN

La Junta Americana por los Pueblos Libres –JAPL- es un centro de estudios fundado en 2007 por entrerrianos y santafesinos, que indaga en las identidades de Nuestra América, difunde su diversidad natural y cultural, y promueve junto a otras organizaciones, y desde las bases, la unidad y la dignidad de los pueblos al sur del rio Bravo.

Sus integrantes, inspirados en los ideales americanistas de José Artigas, se reunieron por primera vez con estos fines un 23 de mayo, a 15 años de la desaparición física de Atahualpa Yupanqui, y se presentaron en sociedad el 13 de diciembre de 2007, en el Día del Petróleo Argentino.

Los integrantes de la JAPL son estudiantes, obreros, artistas, docentes, periodistas, dirigentes sociales y políticos, gremialistas, profesionales, investigadores.

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